Artículo escrito por Raquel Valle (España). Título completo: El síndrome del no puedo.
¿Qué te gustaría ser de mayor? Abogada... Elige una carrera que seas capaz de aprobar.
Así comenzaba mi “síndrome del no puedo”, un no soy capaz que cortaba las alas y los sueños de un plumazo.
En ocasiones no somos conscientes de cómo las palabras pueden causar un impacto, leve o grave, en la autoestima y en la realidad de la otra persona, sobre todo cuando somos niños.
Seguimos a la manada por la historia de un árbol genealógico que pide a gritos que lo poden. Sin embargo, nos paraliza el rechazo y el miedo a ser diferentes.
Largas tradiciones de médicos, de abogados y de empresarios, que descargan el peso y la responsabilidad sobre los hombros de un relevo no correspondido. Y, cuando esto ocurre, comienza la quiebra por desilusión.
El resultado será siempre el mismo, un chirrido descendiente de rejas, que sostiene un cartel oxidado de “se traspasa”. Si no ponemos latido en lo que hacemos, nunca funcionará.
En este punto me cuestiono, que, nuestra autoestima no debe, ni puede, funcionar como una escalera para que los demás alcancen la suya. Para que terceros cumplan sus sueños a través de una vida ajena que sirve de soporte.
Hoy, afortunadamente, puedo visualizar desde el penúltimo escalón, las puertas del Palacio de Justicia, que están por abrirse. Ello me costó personas, relaciones y situaciones. Elegí mi futuro y mis metas, por encima de cualquier cosa, ya que prefería perderlo todo antes de volver a perderme a mí misma.
Y así con 27 años rompí con el síndrome del no puedo y empecé desde cero. Accionaba cada día compaginando los estudios con un trabajo que detestaba y que tan solo servía como herramienta para un fin.
Fue así como llegó a mi pared un título de excelencia a la academia personal y profesional del Grado en Derecho. Los sueños se cumplen, solo cuando accionas.
En ese momento es cuando “callas bocas” y pones en modo avión las críticas deconstructivas. Lo das todo, y lo consigues, a base de esfuerzo, perseverancia y amor.
Sin embargo, hay que tener claro, que el objetivo no es demostrar a los demás, es demostrarnos a nosotros mismos que nuestras ganas van más allá de los impedimentos y obstáculos que nos encontramos en el camino.
Somos el resultado de lo que hemos hecho hace seis meses. Por eso hoy te pregunto, ¿estás realmente dónde quieres?
